Maestra, maestro “Hoy te quiero invitar”

Hoy te quiero invitar a que reflexionemos juntos

Hoy te quiero invitar a que nos permitamos crecer juntos en lo humano, en lo profesional y en lo social, retomemos “el ser Maestro o Maestra” con todo lo hermoso y desafiante que significa.

Hoy te quiero invitar que recordemos que nuestros niños y niñas nos miran cuando te dicen ¡Maestra estás muy linda” o te preguntan “Maestra, ¿estás triste? Somos observados por ellos que tienen siempre una palabra acertada que nos hace sentir acompañados desde el amor.

Hoy te quiero invitar a que nos encontremos en la “ética “el primer estandarte que nos conduce en la convivencia diaria, en el aula, en la escuela, en nuestro “que hacer docente” en la rectitud de nuestros pensamientos y de nuestras acciones.

Hoy te quiero invitar a que recordemos que “somos instrumentos para hacer el bien” que nuestras sanas emociones, satisfacciones, logros, encuentros y desencuentros nos ayudan a reaprender y conectarnos con nuestra esencia, nuestros mapas y creencias y reinventarnos nuestra dinámica de convivencia con nuestros estudiantes, colegas y madres, padres y que este espacio sea desde la pedagogía del amor viendo al otro como legitimo en su condición de ser persona.

Hoy te quiero invitar a que recordemos que en la medida que tenemos mayor crecimiento y formación tenemos mayor responsabilidad con las personas que tenemos cerca, no desde la arrogancia, ni el poder, sino desde la humildad y el amor y al evolucionar los que están a mi lado, yo también lo estaré haciendo.

Hoy te quiero invitar a que estemos atentos a las alegrías y tristezas de nuestros estudiantes, a su contexto familiar y social para poder comprender y sembrar en ellos la semilla de los valores universales para que vivan en un mundo más humano, en armonía con su medio ambiente como seres integrales que somos.

Finalmente comparto contigo este pensamiento del Libertador Simón Bolívar

“Elegir entre la multitud, no a un sabio, pero si un hombre distinguido por su educación, por la pureza de sus costumbres, por la naturalidad de sus modales, jovial, accesible, dócil, franco, en fin, en quien se encuentre mucho que imitar y poco que corregir.

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